Tu cama no tiene nada que envidiar a la cama de un hotel cuatro estrellas de Mikonos o Santorini. Solo necesita unos pequeños cambios para que tenga un aspecto más relajante. Por ejemplo, cambiar tu juego de sábanas por unas con tonos azulados y blancos y optar por tejidos finos como el lino o el algodón. Y si además colocas unos cojines bien mullidos… ¡verás qué bien descansas!
La energía de las plantas.
Para que no pierdas tan pronto esa energía que has conseguido acumular durante las vacaciones, las plantas pueden ser grandes aliadas. No es necesario que conviertas tu casa en una selva tropical. Los centros de mesa con plantas de hoja grande en las que predomine el color verde pueden ser una buena solución.
Aunque hayas vuelto a la rutina aún puedes aprovechar las noches de verano que quedan para seguir dedicándote cada día tu momentos de relax: una butaca de mimbre, una pequeña mesa de madera y un candil metálico de tono pastel para iluminar la lectura de ese libro que tanto te ha enganchado. Suena bien, ¿eh?
Olor a mar
¿Echas de menos el olor a mar? De momento no es posible llevarse el mar a casa pero sí es posible revivir las sensaciones relajantes y placenteras que un aceite esencial de brisa marina nos puede aportar. Hazte con un quemador de aromas, cierra los ojos y transpórtate a la orilla del mar cuando lo necesites.
Recuerdos de tu viaje
Seguro que has hecho miles de fotos durante tu viaje. Elige una pared y las imágenes más representativas. Si las colocas en un juego de marcos blancos o de madera natural y las compones en forma de mosaico, conseguirás una pared llena de vida. Y solo tendrás que dirigir la vista a tus imágenes cuando te sientas nostálgica.
Deseamos que tengas una buena puesta en marcha y que estés dando comienzo este mes con la mejor energía posible. ¡Adiós vacaciones, hola septiembre!
Fuente: Imágenes de nuestros proyectos realizadas por EL MUEBLE
